
El trabajo y las obligaciones inundan nuestro día a día, lo que hace que en ocasiones nos falte el tiempo, descuidando principalmente nuestra alimentación. Pero podemos recurrir a un buen batido de fruta, sabroso, muy nutritivo y rápido. Es ideal en cualquier momento del día y nos ayudará a tomar algunos alimentos que no tomaríamos de otra forma. Pero el smoothie, no es un simple batido, si sabemos combinar los ingredientes adecuadamente, podemos convertirlo en una fuente de salud y energía, tomándolo como complemento a nuestra alimentación, incluso como aporte de vitaminas o para depurar toxinas. ¡Nos hará sentirnos mucho mejor!
1) Las mejores batidoras para hacer smoothies son las batidoras de vaso, son fáciles de manejar, lavar y además, puedes encontrarlas a unos precios muy asequibles. Si no la tienes y quieres comprarte una, a la hora de elegirla es importante que te fijes en la potencia. A partir de 600W para poder picar bien todos los ingredientes (incluso el hielo), para hacerlo cremoso y sin grumos.
2) Selecciona las mejores frutas y verduras: Elige una fruta base que puedes encontrar en cualquier época del año como el plátano, la pera o la manzana y combínala con alguna fruta de temporada (frutos del bosque, mango, melocotón, sandía, piña…). Es importante saber qué frutas y verduras son las adecuadas para cada temporada, así conseguirás mejores precios y sabores originales. Puedes incorporar la fruta fresca o congelada (evitarás añadir hielo posteriormente), te aportará vitaminas, minerales y además, mucha fibra.
Añade alguna verdura como espinacas, col rizada, rúcula, aportará el punto détox por su alta calidad nutritiva y clorofila. Y si te atreves con nuevos sabores puedes incorporar pepino, pues tiene una alta capacidad antiinflamatoria.
3) Elige una base líquida: puedes añadir leche (tanto de vaca, como de soja o almendras) para hacerlo más cremoso. Utiliza té, agua de coco o simplemente agua, si buscas que sea bajo en calorías, o bien, zumo de fruta (lima, limón, naranja o pomelo) o incluso café. Pero si has elegido frutas y verduras muy jugosas no necesitarás añadir tanto líquido. Un truco es añadirlos fríos o congelados, no necesitarás añadir hielo al final.
4) Espesante: Si te queda demasiado líquido puedes espesarlo con semillas de chia (ricas en calcio, fósforo y omega 3), lino, calabaza, avena o cereales, queso fresco, yogurt o kéfir. Y también con frutos secos que aportan vitaminas y minerales como las nueces, pistachos, cacahuetes, anacardos o almendras, puedes añadirlos directamente, pero lo mejor es hidratarlos para mejorar la textura. El truco es hervirlos durante 15 minutos o bien, 1 o 2 minutos en el microondas.
5) Realza su sabor: hay productos ideales para endulzar o dar un sabor más potente al smoothie, desde la miel, el sirope de arce o agave, dátiles, uvas pasas o canela, sustitutos del clásico azúcar, pero también puedes probar con cosas nuevas como la nuez moscada, las finas hierbas (menta o clavo), jengibre o higos.
6) Hazlo aún más nutritivo: con alimentos estrella como son las proteínas en polvo, suero de leche, también lecitina de soja para mejorar tu memoria, probióticos, jalea real, cacao o aceite de pescado.
¡Ya sabes las reglas para prepararte un smoothie perfecto, ahora solo te falta ponerte a ello!